Querido Diciembre:
No te
esperaba todavía. Has llegado con tu frío invernal de sopetón, pillándome por
sorpresa; siempre te gustó llegar de imprevisto. Apareces así, sin más, y
entras en mi vida para recordarme que el tiempo pasa más rápido de lo que
creía. Y de repente… Diciembre. El último mes
del año, el mes por excelencia en el que echamos la vista atrás y nos paramos a
pensar en todo lo que ha sucedido… y en lo que no, que hubiera pasado si...
Porque diciembre es el mes de la nostalgia, de reencuentros, del balance anual de las emociones y retos… de pararnos a pensar lo mucho que ha cambiado nuestra
vida en un año…o quizás poco, pero
párate un instante ¿cómo era tú vida el diciembre pasado? ¿y este?.
Probablemente, te rías convencido/a de que no te haré cambiar de opinión, que
si más de lo mismo de todas estas chorradas y ñoñadas que dicen y escriben por
Navidad, pero… ¿cuántas cosas nuevas te han sucedido durante el año?
Seguramente has conocido gente nueva, has probado un sabor inesperado, has
hecho algo que estaba totalmente fuera de tus planes pero que acabó siendo el
planazo del año, has besado por primera vez o te han abrazo por última vez, escuchaste una canción en la radio que ahora forma parte de tu repertorio
habitual pero que antes aún no existía, igual que TÚ ahora eres diferente
aunque te sientas igual ¿es que no te das cuenta? Diciembre es hoy y TÚ has
pasado por Octubres nostálgicos, Septiembres de lluvia, Junios de chapuzones y
Abriles de dolor, ey, pero aquí estás, otra vez si, pero Viv@, has superado
obstáculos, saltado en los charcos y bailado en arenas movedizas. Y ya es Diciembre.
Diciembre…el
momento en el que las promesas, proyectos y deseos llaman de golpe a la puerta
de nuestras mentes, coges el papelito dónde apuntaste tus propósitos de año y
compruebas si los has cumplido. ¿Te da
negativo? Suma, recuerda lo que resta, es lo de menos, lo de más suma siempre.
Diciembre…contigo
aprendí a hacer balance de lo bueno y lo malo; en mi memoria quedarán, un año
más, doce meses de innumerables momentos, de riesgos y aventuras, de errores y
algún que otra acierto por supuesto, puede que al pasar por Diciembre el frío haga
que nos sintamos un poco más vivos, un poco más grandes, un poco más viejos…
Diciembre
me has enseñado lo divertido de la palabra precipitarse, qué el riesgo sabe a
nieve cuando montada en un trineo de cartón, te tiras montaña abajo y tras el choque, te haces bola de nieve, al no
aguantar el dolor de barriga de la risa. Me enseñaste que la palabra hogar
huele a chocolate caliente y churros, y tiene la temperatura ideal para esos
abrazos que tanto necesitabas y llevas esperando meses.
He
aprendido que a veces lo pequeño nos queda grande si no sabemos apreciarlo ni
disfrutarlo, y para ello sólo he tenido que atragantarme varias veces
intentando apurar doce simples uvas en mi bocaza.
He
aprendido que lo que llaman regalo no tiene nada que ver con el dinero ni el
objeto en sí, sino con el formato en el que alguien quiere obsequiarte; papel,
carta, besos, abrazos, una llamada con respuesta, un - Me acordé de…o un -Te
extraño… -Estoy ahí…
Diciembre…si
en el fondo, ¿qué sería de nosotros sin Diciembre y sin invierno?
En Diciembre
existen rituales muy ligados a la Navidad.
Por ejemplo, yo
misma hay una noche en la que con mi bol de palomitas y un paquete de pañuelos,
sólo tengo que darle al play para ver por décima vez “Love Actually” o “Sólo en
casa”, admite que tú también te has imaginado cómo sería pasar unas Navidades
sin la familia o puede que ya haya sucedido y echas de menos una cena con todos
los amigos y amigas de antes y ahora, brindando por los que vendrán. Qué
sonríes al ver a tu hermana pequeña con tu chándal mullidito de color rojo y
con renos dibujados, que te empachas de turrón y polvorones pero te da
absolutamente igual cuando compartes comidas y cenas con quiénes más a gusto te
sientes, que los guantes de vagabunda que usas te quedan perfectos para dar la
mano y abrazar a tod@s. Los colores rojos y verdes, las palabras como paz,
esperanza o felicidad que casi te convencen de su existencia, es que
sinceramente para mí la Navidad…es un invento, un cuento…y siempre he sido más
de historias…pero claro todos tenemos hambre de Felicidad ¿por qué no? Déjate
llevar…hoy es NAVIDAD.
¡FELIZ NAVIDAD! y sobre todo... ¡FELIZ DICIEMBRE!
M.Q.S.
No hay comentarios:
Publicar un comentario