martes, 9 de diciembre de 2014

...enredadas como algas las cuerdas cubrían su cuerpo... ...cualquier esfuerzo le provocaba herida...no podía moverse...sus piernas tumbadas en la arena...sus vaqueros rotos, el tiempo blanco y el cielo limpio como si estuviera a punto de llover...todo era un enrevesado de pisadas, un amasijo de recuerdos...una belleza lacerante...

Al horizonte un barco de mercancías llegaba al faro... ... -tal vez vendría lleno de gominolas, chocolate o patatas fritas...- solía pensar que las mejores cajas venían llenas de sorpresas y emociones como en la vida cuando te llega un paquete y juegas a intentar descubrir qué contiene o de quién es sino tiene remitente...bueno, el caso es que alguien llegaba, da igual lo que trajese, lo importante es que llegara...después ya se vería si queda o se va ¿no? en eso consiste vivir en ir y venir, permanecer o  abandonar...



Algunas personas son como esos faros en la noche...pueden vivir en precipicios pero por dentro tienen la luz que salva a otros...y están solas...alejan de ellas cualquier cercanía traiga lo que traiga...evitando así el golpe...y a la vez el contenido de emoción...

Para llegar a ellas hay que recorrer un largo camino estrecho y empedrado...saltar rozando las olas que rompen y mojarte en su espuma es decir en sus lágrimas...

...pero una vez allí, cuando llegas al abismo en el que habitan y tus ojos brillan reflejando su gris silueta...es a ti a quién le entran ganas de salvar (le)...cuando percibes sus tenis en la arena, su pelo enmarañado, sus huellas en orillas, sus versos en suspensivos... ...sus manos enredadas como algas conmocionando su garganta...


...quisiera ser faro, que ilumina los mares de la vida, que te llena de espuma las orillas, que te moja de emoción, que ondea tu piel, que surca horizontes...que llega e inhunda tus sueños...

M.Q.S.

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