...era un tiro y afloja en ambos bandos...y yo me sentía mejor siempre en el bando enemigo...ella abría mi anilla y me dejaba tirar cual granada en su batalla...ya no me importaba estar en su campo de minas...era tocarnos y ¡¡¡ Boom !!! todo saltaba por los aires.
Entonces sacaba la bandera blanca y venía cual soldado armada a salvarme de su propia guerra...y los destellos de sol le inhundaban la mirada y mi boca sabia a tierra y a sudor...la sangre de sus latidos, el pulso de su vida...
En su trinchera me refugiaba hasta la próxima explosión...
M.Q.S.
Espero que las próximas explosiones no sean más que la adrenalina de disfrutar de la complicidad que aporta una mirada, la suavidad de una caricia o los victoria del corazón sobre la razón, entrando en razón. Espero que no haya que refugiarse, basta con vivirse, sentirse.
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